“Todo lo que nunca fuimos” inicia la bilogía Deja que Ocurra. Estas novelas destacan por su historia de amor, sus personajes con los que resulta fácil empatizar, los escenarios paradisiacos que presenta la autora y su naturalidad para abordar el tema de la pérdida. Todo ello acompañado con descripciones con la capacidad de sumergirte en la propia historia y ser un espectador más.
La historia empieza cuando Leah, tras el accidente de sus padres, le pide al mejor amigo de su hermano pasar unos meses en su casa. Axel, por otro lado, accede con el propósito de encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue la hermana menor de su mejor amigo. Sin embargo, pronto empieza a sentir una atracción por ella, pese a la diferencia de edad de diez años. Un tema que les traerá problemas cuando empiecen a reconocer sus sentimientos por el otro.
Por un lado, la protagonista refleja tristeza y mucha fragilidad; mientras que, por otro, Axel demuestra inmadurez e incapacidad para avanzar. En un primer momento, incluso puedes llegar a odiar esta relación; sin embargo, vas cayendo en la escritura de Alice Kellen hasta que terminas totalmente enamorada de ellos.
Si estás dispuest@ a leer el libro, para aquí que llegan los SPOILERS
Todo esto cambia en el segundo libro, que comienza tres años después de que los protagonistas se conocieran. Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería, y Axel no puede perderse un momento como ese, pese a su pasado en común.
Los personajes recorrerán un nuevo camino tras haber sufrido, madurado y extrañado esa burbuja en la que se escondieron durante unos meses y en la cual rozaron la felicidad. Hace mucho tiempo que no se ven, que no saben nada el otro del otro, sin embargo, algo los mantiene conectados. Ese hilo invisible que los mantiene unidos contra viento y marea es el amor, pero un amor que la autora nos refleja con una calidad de sentimientos que te llega el corazón.
